Que viva el fútbol

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martes, 24 de junio de 2008

ANÁLISIS DE LA CAMPAÑA DE LOS "PISTOLEROS"


El descenso no fue una casualidad
Gimnasia y Esgrima y la Liga Santafesina perdieron la plaza en el Argentino B. Si bien al mensana sólo le faltó un gol para dejar en el camino a Unión de Mar del Plata, se llegó a la promoción por hacer una muy mala campaña. De este modo, se echó por tierra con la invitación que el club de Ciudadela recibió en el 2006, para participar en tan importante torneo nacional.

Julián Monzón

Seguramente que este análisis será mal recibido por algunas personas afectadas. Pero quien les escribe, apoyado por este medio, tuvo el oportunismo de marcar ciertos puntos fundamentales a lo largo de todo el torneo. De ese modo, se analizó la situación deportiva y se marcó mucho antes de este descenso que el equipo corría este riesgo de terminar perdiendo la categoría. Este es un aporte, más que una crítica, en el convencimiento de que así es como se debe apoyar y acompañar el proceso de los clubes nuestros, que hacen un gran esfuerzo (eso está fuera de discusión) y, por lo tanto, son proclives a cometer errores.
Lo cierto es que Gimnasia y Esgrima, y todo Santa Fe, perdieron una plaza muy difícil de recuperar. Recordemos que con la reestructuración de finales de 2004, Santa Fe había perdido la plaza y la recuperó mediante una invitación del Consejo Federal. El club elegido fue Gimnasia, esto en perjuicio de La Perla, que era el candidato que había acumulado los méritos deportivos. En el torneo que acaba de terminar, pese a que la forma de disputa era mucho más favorable para escaparle al descenso que en la edición anterior, el equipo quedó en la promoción y perdió el duelo ante Unión de Mar del Plata.

Sin históricos
La conformación del plantel fue dejando de lados a ciertos jugadores que tenían ya su trayectoria dentro del club. Lucas Acosta y la "Bruja" Pablo Ramírez ni siquiera fueron convocados a entrenar. Tampoco Iván Risso Patrón, que volvía de la doble fractura de tibia y peroné, producida en el torneo 2006/2007. Dentro de la lista de buena fe sobrevivieron Marelli, Oyeras, Vagliente, Rodríguez y algunos otros. Los dos primeros jamás fueron tenidos en cuenta. En el caso de Diego Rodríguez, jugó dos partidos y luego fue dejado de lado por el técnico. Vagliente era el tercer arquero y sólo los problemas con Ribas y la lesión de Vecchi le hicieron ganar terreno, hasta convertirse en titular, aunque el "Príncipe" supo responder con muy buenas actuaciones.
Esta decisión fue una solapada "limpieza de históricos", que por supuesto no cayó nada bien en los afectados, sobre todo teniendo en cuenta que este grupo de jugadores arribaron al club en el momento en que muy pocos querían jugar en Gimnasia. Es que a principios de 2005 el equipo estaba casi condenado a perder la categoría en el torneo local, y los mismos jugadores lograron el objetivo de la permanencia en el Argentino 2006/2007. Sobre el final del año pasado quedó muy claro que la decisión de la subcomisión de fútbol era terminar de echar al grupo de históricos, ya que ni siquiera en el plantel de Liga tendrían cabida, y a otros se les dio el pase, sin poner traba alguna.

Antes del comienzo
El día 9 de septiembre del 2007, en la previa del inicio del torneo, El Litoral marcó como aspecto negativo del equipo los siguientes puntos: Cero goles. En ninguno de los cinco partidos amistosos pudo concretar goles, más allá de los cambios producidos en la conformación ofensiva en nombres y esquemas tácticos. Inexperiencia. Si uno repasa los once titulares, sólo dos hombres tienen experiencia en Argentino B (Diego Rodríguez y José Zeballos). Y en el banco estaba Conrado Peralta Pino, que viene de jugar Nacional B.
La falencia en la conversión de goles fue una constante durante todo el torneo. La inexperiencia pesó en muchos momentos clave y fue algo que Miguel Oyeras planteó como la principal adversidad en este último tramo del torneo.
Algunos nombres sugeridos a Rolando Carlen y que éste no tuvo en cuenta fueron: el "Gringo" Germán Schmidt, Gustavo "Macumba" Villalba, Mauricio Vegetti y el "Tanque" Daniel Malisani. Otros fueron descartados por la dirigencia por considerar que sus pretensiones económicas eran demasiado elevadas: Ricardo López, Silvio Azoge y el caso de Hugo "Pino" Sánchez, porque no se quiso pagar el monto del préstamo pretendido por La Perla (el poseedor de su pase). Goles y experiencia sobraba en estos nombres.
Mientras al equipo le faltaba gol, Roberto Sottaz seguía a nivel local batiendo un récord que será muy difícil de superar. Recordemos que el "Chino" marcó goles en 16 partidos consecutivos. El conflicto económico determinó que el jugador se negara a jugar en el Argentino. El técnico no quiso intervenir, hasta que la necesidad de encontrar la solución a la falta de gol le hizo torcer su decisión. El tiempo fue testigo de la solución, pero ésta se produjo cuando el jugador venía de un esguince de rodilla, lo cual disminuyó sus condiciones físicas y futbolísticas, dado que obligadamente debió abandonar la normalidad de los entrenamientos. Al final, el jugador pidió el pase y se lo dejó ir.

Los refuerzos
Para la segunda mitad del torneo se recurrió a la incorporación de jugadores, tal cual lo permite el reglamento. El pretendido enganche nunca llegó. Se sumó un marcador central (Carlos Rufino), cuando ese lugar estaba cubierto, y si un puesto había que reforzar en defensa, era el de lateral izquierdo. Se incorporó un arquero (Raúl Aquino) que no tenía la papelería al día para ser tenido en cuenta.
Además, llegaron los delanteros Cristian Piedrabuena y Sebastián Córdoba, aunque en el caso del "Chiqui" el acuerdo fue tan sólo por 8 partidos, cuando al torneo le quedaban, como mínimo, 14 fechas. Así, se hizo una inversión económica (que no se quiso hacer por Hugo Sánchez) por sólo la mitad de los partidos que quedaban por jugarse.

Otra vez el éxodo
Tal cual sucedió en el primer torneo, la cantidad de jugadores que abandonaron el plantel fue excesiva. En algún momento, previo a uno de los partidos, hasta armamos un hipotético equipo titular e incluso se podían hacer cambios, si se juntaban todos los nombres de los excluidos. Demasiadas ventajas teniendo en cuenta las circunstancias deportivas que estaban en juego.
Se recurrió como "manotazo de ahogado" al debut de Gariboldi, Verdún, Suárez y Bertozzi, algo que hubiese sido muy distinto si el proceso era acompañado por un proyecto de trabajo.

Se confundieron objetivos
La relación entre el plantel del Argentino y el plantel de Liga tuvo los dos extremos. En principio, cuando Hugo Monteverde era el técnico liguista, no hubo intercambio de prácticas futbolísticas, con el objeto de observar a los jugadores que tenían posibilidades de jugar.
En la segunda mitad del torneo, con el "Mono" Brasesco al mando, se produjo todo lo opuesto. Al ser el ayudante de campo de Carlen el técnico de la liga, muchas veces se alteró el ritmo normal de entrenamientos, dada la participación de Gimnasia en el torneo de verano y posteriormente en el Apertura liguista. De esta forma, se priorizó el nivel local por sobre la lucha por mantener la categoría en el Argentino B. Muchos jugadores reconocieron "off the record" que este sistema de trabajo atentó contra su condición física. Fue otro grosero error de prioridades.

El anticipo de un lamentable acierto
En la edición del 16 de enero de este año, El Litoral publicó un análisis de la campaña, bajo el título "El equipo fue de mayor a menor". El mismo fue muy criticado por algunos dirigentes, pero era nada más y nada menos que el reflejo en números de la pobre cosecha de puntos, la peor desde que el club de Ciudadela participaba en el torneo.
En ese balance parcial de la campaña, la conclusión fue que Gimnasia peligraba en su permanencia en el Argentino B. A la luz de los resultados, lamentablemente fue acertado el diagnóstico. Por esos días, en el receso de verano, el flamante presidente Martín Álvarez era el principal propulsor para realizar un cambio en la dirección técnica. Pero no pudo contra la opinión de la subcomisión de fútbol, encabezada por Raúl Gallego y Luis Spahn. Al respecto, el presidente, consumado el descenso, opinó: "Eso ya me queda en el recuerdo, pero ya está, es algo que no fue. Seguimos el proceso y lamentablemente ahora estamos descendidos. Eso quedará en el anecdotario".
Hablar de mala fortuna como alguna vez se esgrimió, no tiene fundamento. Se compitió por la permanencia casi todo el torneo con 9 de Julio de Río Tercero, y contra el "Patriota" se perdieron tres partidos, y sólo se logró rescatar un empate.
Álvarez agregó su propia opinión sobre el descenso: "Seguramente, tendremos el período de luto y llanto, y después analizaremos la situación. Sin duda que las responsabilidades, cuando las cosas salen bien, son éxitos compartidos, y es más difícil cuando salen mal. Generalmente, los fracasos son huérfanos, porque nadie se quiere hacer cargo. Desde mi posición debo asumir que todos hemos cometido errores. Nosotros los dirigentes hemos tenido errores. Probablemente lo mismo tengan que decir de los jugadores y, sobre todo, del cuerpo técnico anterior, porque éste último nos dirigió tan sólo en estos cinco partidos. Esto ya no tiene remedio y lo único que nos queda es pensar en el torneo local y, a partir de 2009, en el Argentino C".
Muchas cosas se hicieron mal en este proceso. Dirigencia y cuerpo técnico no supieron ver la realidad de lo que estaba sucediendo. Oyeras llegó a intentar la salvación y consiguió ir a promoción. El final ya lo analizamos el domingo. Las consecuencias son más que obvias: Gimnasia y todo Santa Fe ya no jugarán en el Argentino B. Debe servir de ejemplo para el futuro. Es de sabios aprender de los errores.





Fuente: diario El Litoral

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