Las fórmulas que se manejan son para frenar a Argentina
En entrenamiento uruguayo en Casa Amarilla. Fotos: Julio Barcelos
José Mastandrea
El País en Argentina
Se viene otra final, con otro equipo en la cancha, con cambios obligados por lesiones y suspensiones. Ayer no se hizo nada en cancha, hubo trabajos regenerativos, pero hubo ya especulaciones sobre la alineación que el maestro Óscar Washington Tabárez pondrá el sábado en la cancha.
A ver. La base está, como dice el "Bambino" Veira, y sólo resta definir algunas piezas en ese puzzle que siempre tiene que terminar de armar el orientador celeste. Para el partido contra Argentina no podrá contar con Sebastián Coates, uno de los hombres que más había rendido en el fondo. Pero por contrapartida, tendrá a la orden a Martín Cáceres, al haber cumplido la suspensión de un partido. No tendrá listo a Edinson Cavani y eso obliga a insistir con otras variantes, al menos del medio hacia arriba.
A esta altura, no parece haber mucho misterio respecto a la probable alineación de Uruguay. No hay nada confirmado, es cierto, pero con el correr de los días (y la Copa) se vislumbran cambios, pero no muchos.
Fernando Muslera en el arco; Maximiliano Pereira, Diego Lugano, Mauricio Victorino y Martín Cáceres aparecerían en esa línea final. Y después dos alternativas en el mediocampo, en figura táctica a definir: si el maestro elige cuatro en el medio, serían "Tata" González, Diego Pérez, Egidio Arévalo Ríos y "Palito" Pereira; si el maestro opta por un cambio de figura, saldría el "Tata" y podría ingresar Walter Gargano. ¿Cómo? Jugando con Egidio delante de la línea de cuatro, tres volantes, Gargano, "Ruso", "Palito" y dos delanteros que parecen inamovibles, Diego Forlán y Luis Suárez.
Hoy por hoy, esa es la gran duda que se maneja en el entorno de la selección. Es esta: si Tabárez saldrá con un 4-4-2 definido como contra México o si cambiará por un 4-1-3-2 para enfrentar a un equipo argentino pleno de figuras y de una velocidad excepcional.
Y como Tabárez dice, el equipo se hará "en función del rival" y el rival tiene nada menos que a Messi, el mejor del mundo. Es temprano, faltan varios días para definir el equipo, pero las dos alternativas ya están planteadas.
Entre jueves y viernes el entrenador resolverá la táctica y el sistema a emplear. Nadie duda de la importancia del choque, nadie niega que después del partido ante Holanda en Sudáfrica 2010, este de Argentina, es el encuentro más importante de la Celeste. Es otra final, con otro equipo.
Diario El País (Montevideo)
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