Los 100 del "Bichi"

En la agonía del partido, clavó un zapatazo inatajable...
El gol más querido fue el menos gritado
Al “Bichi” Fuertes no lo ayudó el equipo: llegó a los 100 la noche en que Colón perdió.

Enrique Cruz (h) - (Enviado Especial a Buenos Aires)

Eran las 23.07, se jugaba el último minuto de los adicionados por Pompei y el resultado estaba sellado. El 2-0 caía implacable sobre un Colón confundido en defensa, opaco en el mediocampo (sobre todo en el segundo tiempo) y dependiendo de un solo jugador arriba (Fuertes). Era victoria justa de Tigre, más allá del penal que Pompei “compró” por la viveza de Luna para tirarse cuando salía Pozo a buscar la pelota en un costado del área. Se apagaba todo en Colón hasta que Fuertes se ocupó de arreglar la térmica y metió un zapatazo tremendo desde afuera del área, que se clavó en el ángulo superior derecho de Islas. 100 goles.

Fue una pena que un gol tan importante, tan trascendente para Colón y para él, se haya producido en una derrota. Pero se dio y Fuertes transformó en histórica a una noche que, de no ser por él, sería una de las tantas pasibles de un rápido olvido.

Es que jugó mal Colón. Sin solidez en el fondo (salvo Pozo) y perdido en la mitad de la cancha. El “Turco” metió cinco volantes contra los cuatro que ubicó Cagna, al margen de que San Román se adelantaba para darles una mano a sus mediocampistas. Pero perdió en ese sector. Y fue por la tremenda movilidad de Rusculleda y Ayala, a quienes no se les pudo tomar el tiempo en toda esa etapa inicial.

Flojo Prediger en el primer tiempo (creció considerablemente en el segundo), perdido Capurro y sin que Oyola ni Rivarola pudieran darle profundidad al ataque, Colón quedó disminuido en un sector clave. Así, no hubo presión ni recuperación en el mediocampo. Tigre fue frontal, preciso y agresivo, aspectos que lo distinguieron por encima del rival. Y tuvo un par de jugadores gravitantes, como Rusculleda en el primer tiempo (se apagó después) y Luna durante los 90 minutos, autor de los dos goles y figura del partido.

Todavía me pregunto por qué el “Turco” no metió a Sciorilli o a Lucas Acosta en la parte final. Le quedaba un cambio y se daba cuenta de que el equipo no tenía claridad ni creatividad en los últimos 30 metros de la cancha. Generaba poco y se debía, principalmente, a la escasez de variantes para torcer el rumbo de un partido que, en varios pasajes del segundo tiempo, pareció accesible para empatarlo.

Tener a Fuertes es una ventaja, pero hay que darle compañía. Colón pasó de ser un equipo confundido en el primer tiempo, a experimentar una recuperación que se basó en el crecimiento de Prediger, en algunos disparos de media distancia de Alfredo Ramírez y nada más que eso. Mohamed pretendió abrir la cancha con Facundo Sánchez y con Rivarola por los laterales; lo consiguió, pero sin demasiada profundidad. Y esperó alguna jugada de pelota quieta para cubrir con goles la esperanza de rescatar algo en la sumatoria matemática.

Pasaron 14 partidos y no hubo un solo delantero de Colón que metiera goles, al margen de Fuertes. Éste es un detalle que no pasa desapercibido, al menos para quien esto escribe, desde hace varios partidos. Se fue Tito Ramírez y ni Mena, ni Castillo, ni Ledesma ni Guerrero, supieron asumir el rol de partenaire o coprotagonista del goleador histórico.

Sin embargo, anoche el problema no fue únicamente que el equipo llegara poco, que Mena jugara mal, que Castillo no cambiara nada cuando ingresó y que el técnico no pusiera a Sciorilli para ser más incisivo en los últimos metros de la cancha. El problema de Colón se trasladó también a la defensa, esa misma línea que jugó un aceptable partido ante San Martín pero que lo sufrió ante Tigre. Un solo jugador (Luna) complicó más de la cuenta. Ferrero cometió todos los errores que hasta ahora no se le habían visto; Garcé tuvo momentos de desconcentración que fueron letales, y Goux “zafa” de la crítica porque fue el más firme de los tres, aunque todos dependieron de varias tapadas de Pozo, que fue, junto con Fuertes, lo poco para rescatar de Colón.

Uno tiene la impresión de que Colón juega mejor de visitante, contra los equipos grandes, que ante los chicos, si es que englobamos en ese concepto a este Tigre de Cagna que se acostumbró a un sorpresivo protagonismo en los últimos dos Apertura. Es preferible verlo al equipo rojinegro enfrentarse con un Huracán o con un Independiente, que ante estos equipos como Argentinos Juniors o Tigre, de floja actuación en el torneo, pero que a Colón acaban por complicarlo más de la cuenta.

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SÍNTESIS
Tigre..............................2
Colón.............................1
Cancha: Tigre.
Árbitro: Juan Pablo Pompei.
Tigre: Islas; San Román, Leyes, Blengio y Arruabarrena; Rosano, Castaño, Rusculleda y Néstor Ayala; Guillermo Suárez y Carlos Luna. AS: Ardente. Estuvieron en el banco: Oliva, Cattáneo y Oviedo. DT: Diego Cagna.
Colón: Pozo; Ferrero, Garcé y Goux; Alfredo Ramírez, Capurro, Prediger, Oyola y Rivarola; Mena y Fuertes. AS: Marcos Díaz. Estuvieron en el banco: Candia, Sciorilli, Nicolás Torres y Lucas Acosta. DT: Antonio Mohamed.
Goles: en el primer tiempo, a los 26 min, Luna (T). En el segundo, a los 39 min, Luna (T) de penal, y a los 52 min, Fuertes (C).
Cambios: en el segundo tiempo, al comenzar, Facundo Sánchez (C) por Oyola; a los 16 min, Castillo (C) por Mena; a los 22 min, Abregu (T) por Suárez; a los 36 min, Pasini (T) por Rosano, y a los 48 min, Facundo Pumpido (T) por Luna.
Incidencias: en el segundo tiempo, a los 28 min, fue expulsado Capurro (C) por agresión a un rival.
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EN NÚMEROS
140
meses
pasaron desde el primer gol del Bichi Fuertes en Colón hasta su gol número 100. El primero fue en septiembre de 1997, ante Huracán. Vale aclarar que el Bichi, en estos casi 12 años, tuvo un paso por el Derby County de Inglaterra, otro por el Lens de Francia, otro por River, otro por el Tenerife de España y el último por Universidad Católica de Chile.

Portal diario El Litoral

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