Parte del plantel y cuerpo técnico del año 1978. Estos hombres hicieron historia.
Foto: Pablo Aguirre
Foto: Pablo Aguirre
Una campaña que dejó su huella en la Liga Santafesina
Gimnasia fue el mejor del ‘78
En el año que Argentina se consagró campeón Mundial, Gimnasia y Esgrima de Ciudadela hacía historia con aquel gran equipo que dirigió Juan Ceballos.
Gimnasia fue el mejor del ‘78
En el año que Argentina se consagró campeón Mundial, Gimnasia y Esgrima de Ciudadela hacía historia con aquel gran equipo que dirigió Juan Ceballos.
Fue el año del mundial de fútbol realizado en nuestro país, con aquel campeonato que quedara en manos de la Selección Argentina dirigida por César Luis Menotti. En lo que respecta a la Liga Santafesina, un club histórico, uno de los fundadores de la Liga, salía de largos años de no conocer de vueltas olímpicas. De la mano de Juan Ceballos, o mejor dicho del popularmente conocido como “Can Can” Ceballos, el Pistolero dio la vuelta olímpica, tras dos duras finales ante Sanjustino.
En ese entonces, el torneo regular se dividió en dos zonas. Una de ellas fue ganada por el conjunto “verde” de San Justo y la otra por el equipo de Ciudadela. Cuentan quienes vieron jugar al equipo, que el mismo tenía figuras de destacada labor: Ernesto “Menchaca” Rodríguez. Pedro Delarrechea, “Puchero” Taborda, Mirón Sánchez, la “Mula” López, Dante Iribas, el “Mono” Altamirano y una figura que comenzaba a dar sus primeros pasos y que llegaría al fútbol profesional, Víctor Hugo Andrada, conocido luego popularmente como “Copito”, quien debutó en la primera liguista vistiendo la camiseta de Gimnasia y se transformó luego lentamente en un gran jugador.
El Litoral, gracias a la colaboración de la actual dirigencia del club de Ciudadela, logró juntar a varios integrantes de aquel plantel campeón. Con ellos, nos metimos en la máquina del tiempo y rememoramos las vivencias de la época. Su capitán, José Mirón Sánchez contó sus recuerdos de aquel equipo:
—¿Qué se recuerda a treinta años de haber obtenido ese título?
—Es una emoción muy grande estar otra vez juntos con los muchachos de esa época. Se había formado un plantel muy competitivo para lo que era el torneo de la Liga Santafesina. Yo pienso que antes la gente seguía más la Liga, se arrimaba más a las canchas y se juntaba mucha gente, más cuando había clásicos o partidos importantes. Por ejemplo, Gimnasia tenía una hinchada bastante grande que nos seguía por todos lados.
—¿Cómo fueron las finales?
—Bueno, yo puedo hablar de la primera final, porque la segunda no la pude jugar por estar lesionado. Acá ganamos y después los muchachos fueron a San Justo y consiguieron el título. No había grandes figuras, sino que era un plantel compacto, que no dependía de un solo jugador, más allá de la presencia de “Copito” Andrada. En esos tiempos, él empezaba a surgir y a mostrarse, porque primero fue suplente y a mitad de año empezó a jugar de titular. Andaba bien y después fue el jugador que todos conocieron.
—¿Se hablaba de esquemas tácticos en esa época?
—No había muchos misterios, el equipo formaba casi siempre de la misma manera: cuatro defensores, la mayoría de las veces tres mediocampistas y tres delanteros.
—¿En ese entonces era un orgullo jugar en Gimnasia y ser “pistolero”?
—El que se crío en el club siempre tenía ese orgullo y quería salir campeón. Queríamos mucho ese título porque hacía muchos años que no se conseguía. Quizás para los otros muchachos que vinieron de afuera no era tanta la presión, pero para los otros era una gran ambición conseguir el título.
En ese entonces, el torneo regular se dividió en dos zonas. Una de ellas fue ganada por el conjunto “verde” de San Justo y la otra por el equipo de Ciudadela. Cuentan quienes vieron jugar al equipo, que el mismo tenía figuras de destacada labor: Ernesto “Menchaca” Rodríguez. Pedro Delarrechea, “Puchero” Taborda, Mirón Sánchez, la “Mula” López, Dante Iribas, el “Mono” Altamirano y una figura que comenzaba a dar sus primeros pasos y que llegaría al fútbol profesional, Víctor Hugo Andrada, conocido luego popularmente como “Copito”, quien debutó en la primera liguista vistiendo la camiseta de Gimnasia y se transformó luego lentamente en un gran jugador.
El Litoral, gracias a la colaboración de la actual dirigencia del club de Ciudadela, logró juntar a varios integrantes de aquel plantel campeón. Con ellos, nos metimos en la máquina del tiempo y rememoramos las vivencias de la época. Su capitán, José Mirón Sánchez contó sus recuerdos de aquel equipo:
—¿Qué se recuerda a treinta años de haber obtenido ese título?
—Es una emoción muy grande estar otra vez juntos con los muchachos de esa época. Se había formado un plantel muy competitivo para lo que era el torneo de la Liga Santafesina. Yo pienso que antes la gente seguía más la Liga, se arrimaba más a las canchas y se juntaba mucha gente, más cuando había clásicos o partidos importantes. Por ejemplo, Gimnasia tenía una hinchada bastante grande que nos seguía por todos lados.
—¿Cómo fueron las finales?
—Bueno, yo puedo hablar de la primera final, porque la segunda no la pude jugar por estar lesionado. Acá ganamos y después los muchachos fueron a San Justo y consiguieron el título. No había grandes figuras, sino que era un plantel compacto, que no dependía de un solo jugador, más allá de la presencia de “Copito” Andrada. En esos tiempos, él empezaba a surgir y a mostrarse, porque primero fue suplente y a mitad de año empezó a jugar de titular. Andaba bien y después fue el jugador que todos conocieron.
—¿Se hablaba de esquemas tácticos en esa época?
—No había muchos misterios, el equipo formaba casi siempre de la misma manera: cuatro defensores, la mayoría de las veces tres mediocampistas y tres delanteros.
—¿En ese entonces era un orgullo jugar en Gimnasia y ser “pistolero”?
—El que se crío en el club siempre tenía ese orgullo y quería salir campeón. Queríamos mucho ese título porque hacía muchos años que no se conseguía. Quizás para los otros muchachos que vinieron de afuera no era tanta la presión, pero para los otros era una gran ambición conseguir el título.
La figura, el equipo
Reunidos en el buffet del club, la pregunta obligada era saber quién fue una pieza clave del logro deportivo. Muchos coincidieron en que fue el plantel entero, pero sin dudas que para ganar partidos hace falta un delantero, en este caso un “9” que estaba bastante acostumbrado a festejar goles. Francisco Altamirano recordó también esa campaña: “Tengo entendido que Gimnasia hacía 29 años que no salía campeón y aparte vinimos algunos refuerzos de otros lados, como por ejemplo mi caso que llegaba de Atenas de Santo Tomé. Hubo otros que vinieron de otros clubes y tuvimos la suerte de ganar el campeonato”.
—¿Eran otros tiempos aquellos?
—Sí, jugar en los clubes de afuera, como San Justo o San Javier, no era nada fácil. Pero lo particular era la concurrencia del público. Tenían algo especial esos torneos, no es como ahora que las canchas están vacías. Esos torneos invitaban a toda la gente del barrio, a las familias y ahora no se ve esa gente.
—¿En qué partido pensaron que el título era de ustedes?
—En el primer partido de la final. Sabíamos que le ganábamos a Sanjustino allá y le ganamos. Colón de San Justo y Sanjustino eran los pesos pesado de la época, sobre todo jugando en sus estadios. Mucha presión de su gente que realmente vos en la cancha lo sentías.
—¿Hoy te sentás a leer el diario y a ver qué pasa en la Liga?
—Sí, la sigo bastante y está muy buena esa apertura para que nuestros equipos jueguen los regionales, porque les permite participar más activamente y con mayores perspectivas de llegar a una categoría mayor.
—¿“Copito” Andrada era el diferente o recién estaba surgiendo como jugador?
—Con “Copito” yo renegaba mucho porque no me pasaba la pelota (risas). Era un jugador diferente, habilidoso, encarador. Sí, ya se destacaba en el campo de juego.
—¿Lograban llenar el “Gigante” en esa época?
—A veces sí, sobre todo en el último partido con Renato Cesarini, cuando vinieron muchas figuras, como Ermindo Onega, Daniel Onega, Aldo Pedro Poy, Luis Artime y realmente ese día hubo muchísima gente. Lástima que perdimos el partido y quedamos afuera del regional.
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Reunidos en el buffet del club, la pregunta obligada era saber quién fue una pieza clave del logro deportivo. Muchos coincidieron en que fue el plantel entero, pero sin dudas que para ganar partidos hace falta un delantero, en este caso un “9” que estaba bastante acostumbrado a festejar goles. Francisco Altamirano recordó también esa campaña: “Tengo entendido que Gimnasia hacía 29 años que no salía campeón y aparte vinimos algunos refuerzos de otros lados, como por ejemplo mi caso que llegaba de Atenas de Santo Tomé. Hubo otros que vinieron de otros clubes y tuvimos la suerte de ganar el campeonato”.
—¿Eran otros tiempos aquellos?
—Sí, jugar en los clubes de afuera, como San Justo o San Javier, no era nada fácil. Pero lo particular era la concurrencia del público. Tenían algo especial esos torneos, no es como ahora que las canchas están vacías. Esos torneos invitaban a toda la gente del barrio, a las familias y ahora no se ve esa gente.
—¿En qué partido pensaron que el título era de ustedes?
—En el primer partido de la final. Sabíamos que le ganábamos a Sanjustino allá y le ganamos. Colón de San Justo y Sanjustino eran los pesos pesado de la época, sobre todo jugando en sus estadios. Mucha presión de su gente que realmente vos en la cancha lo sentías.
—¿Hoy te sentás a leer el diario y a ver qué pasa en la Liga?
—Sí, la sigo bastante y está muy buena esa apertura para que nuestros equipos jueguen los regionales, porque les permite participar más activamente y con mayores perspectivas de llegar a una categoría mayor.
—¿“Copito” Andrada era el diferente o recién estaba surgiendo como jugador?
—Con “Copito” yo renegaba mucho porque no me pasaba la pelota (risas). Era un jugador diferente, habilidoso, encarador. Sí, ya se destacaba en el campo de juego.
—¿Lograban llenar el “Gigante” en esa época?
—A veces sí, sobre todo en el último partido con Renato Cesarini, cuando vinieron muchas figuras, como Ermindo Onega, Daniel Onega, Aldo Pedro Poy, Luis Artime y realmente ese día hubo muchísima gente. Lástima que perdimos el partido y quedamos afuera del regional.
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SÍNTESIS
Sanjustino 1 - Gimnasia 3
Sanjustino: Mitchell; Manuel Claría, Grass, Esprú y Zabala; Julio Claría, Bay y Alberto; Nagel, Parra y Aramayo. DT: José Luis Michea.
Gimnasia: Alessio; Escobar, Ramírez, Gómez y Rodríguez; Juriol, Varela y Galicio; Andrada, Altamirano y Sanabria. DT: Juan Ceballos.
Goles: en el primer tiempo, a los 11 min. Escobar (G), a los 28 min. Andrada (G) y a los 35 min. Julio Claría (S); en el segundo tiempo, a los 25 min. Andrada (G).
Cambios: Cicardi por Esprú y Maidana por Aramayo (S).
Árbitro: Amín Flores.
Cancha: Sanjustino.
Jugado el 25 de noviembre de 1978
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Sanjustino 1 - Gimnasia 3
Sanjustino: Mitchell; Manuel Claría, Grass, Esprú y Zabala; Julio Claría, Bay y Alberto; Nagel, Parra y Aramayo. DT: José Luis Michea.
Gimnasia: Alessio; Escobar, Ramírez, Gómez y Rodríguez; Juriol, Varela y Galicio; Andrada, Altamirano y Sanabria. DT: Juan Ceballos.
Goles: en el primer tiempo, a los 11 min. Escobar (G), a los 28 min. Andrada (G) y a los 35 min. Julio Claría (S); en el segundo tiempo, a los 25 min. Andrada (G).
Cambios: Cicardi por Esprú y Maidana por Aramayo (S).
Árbitro: Amín Flores.
Cancha: Sanjustino.
Jugado el 25 de noviembre de 1978
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ADEMÁS
Historia de vida
Para varios de los muchachos, el fútbol no lo era todo, sino que existían las ocupaciones, la familia, el trabajo y, en el caso de Francisco Altamirano, le tocó vivir de una de las experiencias más fuertes para un ser humano: participar de una guerra. El “Mono” tuvo que sacarse la camiseta y ponerse el uniforme, cambiar la pelota por un fusil y defender su vida en Malvinas.
—Contaron tus compañeros una particularidad en tu vida y es que fuiste partícipe de la guerra de Malvinas.
—Yo soy suboficial del ejército y cuando estaba jugando al fútbol prestaba servicio en el batallón de ingenieros de Santo Tomé. Dentro de la gente que se movilizó a Malvinas me tocó integrar una fracción del ejército. Formé parte de una compañía de elite, que son las fuerzas especiales, los comandos del ejército.
—¿Qué sacaste de esa experiencia de vida?
—En general, las guerras no sirven para nada. Es la miseria del hombre, es la ambición del hombre, los inescrupulosos se pueden beneficiar vendiendo armamento, negociando distintas cosas. Pero para nada es útil.
—¿Después de la guerra seguiste en el ejército?
—Estuve hasta el año 2000, cuando pasé a retiro. Es decir que estuve varios años luego del conflicto.
—¿A qué te dedicas hoy?
—Actualmente doy cursos de buceo en Regatas, porque es una de mis especialidades dentro del ejército.
—A tantos años de aquello, ¿qué pasa por tu mente?
—Ahora es un recuerdo lejano. Lo único que me preocupa es que los soldados que participaron, y que estaban en ese momento haciendo el servicio militar obligatorio, no hayan tenido la contención necesaria en lo sicológico, por cuanto hemos tenido muchos suicidios. La vida no sigue igual, se producen los cambios en uno y a veces no vale la pena preocuparse por muchas cosas cuando uno ha estado en riesgo.
—Cuando estabas allá, ¿pensaste alguna vez que no ibas a volver?
—Todos los días se piensa en eso. Te aferrás a los recuerdos, te aferrás a Dios y tenés deseos de volver.
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Historia de vida
Para varios de los muchachos, el fútbol no lo era todo, sino que existían las ocupaciones, la familia, el trabajo y, en el caso de Francisco Altamirano, le tocó vivir de una de las experiencias más fuertes para un ser humano: participar de una guerra. El “Mono” tuvo que sacarse la camiseta y ponerse el uniforme, cambiar la pelota por un fusil y defender su vida en Malvinas.
—Contaron tus compañeros una particularidad en tu vida y es que fuiste partícipe de la guerra de Malvinas.
—Yo soy suboficial del ejército y cuando estaba jugando al fútbol prestaba servicio en el batallón de ingenieros de Santo Tomé. Dentro de la gente que se movilizó a Malvinas me tocó integrar una fracción del ejército. Formé parte de una compañía de elite, que son las fuerzas especiales, los comandos del ejército.
—¿Qué sacaste de esa experiencia de vida?
—En general, las guerras no sirven para nada. Es la miseria del hombre, es la ambición del hombre, los inescrupulosos se pueden beneficiar vendiendo armamento, negociando distintas cosas. Pero para nada es útil.
—¿Después de la guerra seguiste en el ejército?
—Estuve hasta el año 2000, cuando pasé a retiro. Es decir que estuve varios años luego del conflicto.
—¿A qué te dedicas hoy?
—Actualmente doy cursos de buceo en Regatas, porque es una de mis especialidades dentro del ejército.
—A tantos años de aquello, ¿qué pasa por tu mente?
—Ahora es un recuerdo lejano. Lo único que me preocupa es que los soldados que participaron, y que estaban en ese momento haciendo el servicio militar obligatorio, no hayan tenido la contención necesaria en lo sicológico, por cuanto hemos tenido muchos suicidios. La vida no sigue igual, se producen los cambios en uno y a veces no vale la pena preocuparse por muchas cosas cuando uno ha estado en riesgo.
—Cuando estabas allá, ¿pensaste alguna vez que no ibas a volver?
—Todos los días se piensa en eso. Te aferrás a los recuerdos, te aferrás a Dios y tenés deseos de volver.
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EL DATO
El plantel
Arqueros: Juan Carlos Alessio y Edgardo Di Notto. Defensores: Ricardo Escobar, Eduardo Ramírez, Jorge Gómez, Ernesto Rodríguez. Omar Bonacci, Pedro Delarrechea y César Taborda. Mediocampistas: José Mirón Sánchez, “Batuque” Varella, Alberto Juriol, “Cacho” Ciucci, Jorge Fredes, Horacio Galicio y Víctor Hugo Andrada. Delanteros: Juan Carlos López, Dante Iribas, Francisco Altamirano, Roque Gómez y Sanabria. Técnico: Juan Ceballos. Ayudante: Daniel Ávalos, asistidos por el profe Raymonda y el masajista Requena. .
El plantel
Arqueros: Juan Carlos Alessio y Edgardo Di Notto. Defensores: Ricardo Escobar, Eduardo Ramírez, Jorge Gómez, Ernesto Rodríguez. Omar Bonacci, Pedro Delarrechea y César Taborda. Mediocampistas: José Mirón Sánchez, “Batuque” Varella, Alberto Juriol, “Cacho” Ciucci, Jorge Fredes, Horacio Galicio y Víctor Hugo Andrada. Delanteros: Juan Carlos López, Dante Iribas, Francisco Altamirano, Roque Gómez y Sanabria. Técnico: Juan Ceballos. Ayudante: Daniel Ávalos, asistidos por el profe Raymonda y el masajista Requena. .
Diario El Litoral
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