Que viva el fútbol

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martes, 26 de octubre de 2010

Entrevista a Mario Cardozo


Mario Cardozo se recupera favorablemente
“Fue una verdadera pesadilla”El jugador de La Perla protagonizó un hecho poco común en una cancha de fútbol: luego de caer pesadamente al suelo, golpeó su cabeza y tuvo un cuadro convulsivo que puso en peligro su vida. Por fortuna, ahora sólo es un mal recuerdo.


Julián Monzón
deportes@ellitoral.com

El Litoral fue hasta la casa de Mario Cardozo, el jugador de La Perla del Oeste que pasó un momento muy poco feliz. “Por suerte la puedo contar”, es la frase que más repite por estos días. Junto a sus hijos y esposa, analizó lo sucedido el pasado sábado, cuando su equipo se enfrentaba a Unión.
—¿Recordás algo de la jugada que generó todo lo que te pasó?—No, yo lo único que recuerdo es que el partido iba 1 a 1 y que me hacen el penal a mí. Después, no recuerdo nada. Según lo que me cuentan, dicen que fue horrible, una pesadilla.

—¿Qué te contaron?—Dicen que fue una jugada aérea en la cual salto con Vazzoler. Al parecer, en el aire me toca con la cadera y caigo con todo el peso muerto en el piso, pegando la cabeza con la sien de lleno. Ahí empecé a convulsionar. Yo le quiero agradecer a los médicos de Unión, porque si no hubiesen estado ellos, no estaría acá.

—¿Cuándo tomaste conciencia de dónde estabas y qué sentiste?—Iba camino al hospital Cullen. Porque desde que sucedió hasta que me llevaron al Protomédico, no estaba consciente. Cuando me desperté, iba camino al Cullen. Ahí estuve hasta las 8 y media o 9 de la noche.

—Cuando lo consultamos al “Sapo” (Oyeras) para que explicara lo que había pasado, muy asustado nos dijo que pensó que te morías.—Eso me dijo a mí después. Que él me tenía en los brazos y no sabía qué hacer, porque se me iban los ojos para atrás y no me podían sacar la lengua. Fue una pesadilla. Menos mal que yo no sé lo que pasó, porque no quisiera recordarlo, sería como otra vez pasar por lo mismo.

—Tenés una lesión que incluso necesitó de puntos de sutura. ¿Fue producto del choque con Vazzoler o del golpe al caer?—De las personas que hablé, todas me dicen lo mismo, que la lastimadura del labio es porque no me podían abrir la boca para sacarme la lengua hacia fuera. Tuvieron que hacer mucha fuerza. Tengo 3 puntos ahora, pero no es nada en comparación con lo que pasó. Tengo que darle gracias a Dios de que estoy acá.

—¿Qué te dijeron los médicos una vez que te examinaron?—Nada, me hicieron una tomografía computada, una radiografía y todo salió bien. Igual, tengo que ir a ver a un neurólogo.

—¿Tenés miedo de que alguna secuela te impida seguir jugando?—Ese es mi miedo. Ya lo estuve hablando a nivel familiar y mi mujer no quiere que siga más. Todo dependerá del neurólogo. Si él me dice que no puedo jugar más, no jugaré más, pero si me dice que tengo posibilidades, volveré.

—¿Cosechaste amigos en estos años?—Sí, me llamó el “Negro” Oliva, el “Tola” Repetto, Pablo Bieler, hubo mucha gente de San Justo que se preocupó por mí. Eso es lo lindo de hacer las cosas bien en el fútbol.

—¿Con tus compañeros tuviste contacto?—Sí, constantemente. Todos me llamaron el domingo, hoy a la mañana (por ayer) y me preguntaron cómo estaba. Todos me dicen lo mismo. El profe Moreyra, Marcelo Aranda, el mismo “Sapo”, me dicen que agradezca a la vida, porque ellos pensaron que me moría.

—Este tema ingrato ha vuelto a poner sobre la mesa la cuestión de la falta de médicos y las demoras de las ambulancias, cuando se las necesita en caso de urgencia como estos...—Yo tengo que darle gracias a toda la gente de Unión. Incluso al capitán de ellos, que al parecer tiene conocimientos de primeros auxilios, y al médico que me atendió. Sin desmerecer a nadie, si esto me pasaba con cualquier otro club... ¿qué pasaba? No me explico cómo no puede haber un médico o una ambulancia. Es lo que todos nos preguntamos. Porque incluso la madre del “Gringo” Ramis tuvo que forcejear un portón, entrar en un auto y llevarme hasta el Protomédico, y dicen que recién unos minutos después entró la ambulancia.

—¿Recibiste apoyo del ambiente?—La verdad es que en estos días me ha llamado muchísima gente. Gente que yo ni pensé que podía llegar a llamarme. Eso es lo lindo del fútbol: hice siempre las cosas bien y gracias a Dios me hice querer en todos los sitios en que me tocó jugar. Incluso, les quiero agradecer a ustedes que también se preocuparon por mí y vinieron hasta mi casa.

Di Benedetto: su trabajo fue vitalMauro Di Benedetto es el kinesiólogo que atendió a Mario Cardozo y le dio los primeros auxilios que le salvaron la vida. “Primero quiero aclarar que no soy médico, soy kinesiólogo. En los planteles de Liga de Unión, trabajamos todos kinesiólogos. Pasa que a veces nuestros propios jugadores se confunden y nos llaman doctor”.
Con relación a lo sucedido en cancha de La Perla, recuerda: “Yo en verdad a la jugada no la veo. Me doy cuenta de que el árbitro me llama y entro a atenderlo. Fue una situación extraña, porque cuando yo llego a atenderlo tenía mucha sangre, estaba convulsionando y tenía pérdida de conocimiento sin ninguna respuesta motora. Lo que se hace en estos casos es despejar la vía área, para que pueda respirar. Ponerlo de costado para que no se broncoaspire si vomita y, en este caso, con la sangre que tenía, para que la misma no se vaya al pulmón, y después esperar a que pase la convulsión, para ver si reacciona hasta que llegue la ambulancia. En este caso, como no llegó, se lo subió a un auto y se lo llevó a un hospital”.
—¿Un golpe de este tipo genera el cuadro convulsivo?—Un golpe en la mandíbula no, pero un golpe en la cabeza, sí. Seguramente al caer, pudo haberse mordido la lengua, que es una zona muy sensible y por eso seguramente tenía tanta sangre. Gracias a Dios me pasó y sabía cómo actuar. Por casualidad, también me sucedió con un chico de La Perla, creo que era un defensor de la ‘95, al que el arquero le había pegado en la cabeza, y también me había tocado con un árbitro mujer una vez. Fue un fin de semana movido porque el domingo, en el Centro 29: se me fracturó un chico 94, el número 3 que tuvo fractura de tibia y peroné.
—Esto pone otra vez en la mesa el tema de los médicos y las ambulancias disponibles. ¿Cómo puede solucionarse ese tema? ¿Hay infraestructura para eso?—Para mí lo que tienen que hacer es juntarse la Liga y el Gobierno y, como mínimo, garantizar una ambulancia en cada zona. Tomar un mapa de las canchas, delimitar las zonas y asignar una ambulancia con médico para cada zona. Un médico por cancha parece poco probable, porque para ser sinceros, en mi caso por lo menos, hacía 2 ó 3 meses que no entraba en ningún partido, solamente para algún golpe o algo leve. Pero este fin de semana pasó de todo.

Primeros auxilios.Diego Barisone, uno de los jugadores de Unión que saltó a la cancha, también tuvo participación para atender a Mario Cardozo. El “Cabezón”, gracias a sus conocimientos de primeros auxilios, fue también un elemento clave para salir de la dramática situación vivida en Recreo Sur.

Otros lesionadosPor casualidad, en la misma sala de emergencia del hospital Cullen, el sábado por la tarde, se encontraban tres jugadores de distintos planteles de Liga Santafesina. Mario Cardozo era uno de ellos; Carlos García, delantero de Agua y Energía, también debió concurrir a la urgencia por un profundo corte en la cabeza, que necesitó de 7 puntos; también se encontraba el defensor de Belgrano de Coronda, Daniel Albino, quien tuvo rotura de ligamento interno del tobillo y fractura sin desplazamiento del peroné.
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Diario El Litoral

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