Encabezado por Varetto, el plantel de Agua y Energía trabaja en el descampado que se ubica cerca de la Basílica de Guadalupe.Foto: Amancio Alem
Liga Santafesina
Agua renueva sus energías
Agua renueva sus energías
Agua y Energía promete un 2010 que borre la pobreza deportiva en la que cayó desde que perdió su lugar en el círculo máximo de la Liga Santafesina de Fútbol. Para ello, llega un técnico del riñón del club, que fue el hacedor del último ascenso en el 2002. “Pancho” Varetto vuelve al club de su barrio, acompañado de un prometedor proyecto dirigencial.
—“Pancho”, ésta es la vuelta al ruedo en un club que es parte importante de tu vida, ¿no es así?
—La verdad es que pensé que nunca se iban a dar las condiciones para volver a dirigir a Agua. Pero este año se dieron. Hay una propuesta interesante en la metodología de trabajo y en cuanto a la colaboración. Creo que ya el club estaba en una situación límite y no se podía seguir de esta manera. Había tocado fondo y no sólo yo, sino algunos futbolistas que ya han jugado en Agua de pibes, dijeron que era el momento de venir a dar una mano y aquí estamos.
—¿Por qué significa tanto Agua para vos?
—Porque fue el club donde yo empecé a dirigir, porque tengo una onda particular con las dos o tres personas que están a cargo del club, porque conozco a chicos a quienes tuve de chiquitos y que se formaron en el club. Agua en un momento fue algo importante en cuanto a nivel de jugadores, y hay un cariño que nunca se va a perder.
—Tenés una mochila muy grande encima, porque la última vez que te llamaron lograste el ascenso. ¿Cómo ves este presente?
—La forma en la que encararon las cosas este año, con la colaboración de gente de afuera, es para levantar un poco esto, para que sirva un poco para convocar a gente que vuelva al club, a rearmar las divisiones inferiores porque están muy mal. Pero, si no se da el ascenso, al menos vamos a rearmar un poco todo lo que tiene que ver con el fútbol de la institución.
—Pero sólo hay dos lugares que te dan el premio mayor...
—Es un campeonato duro. Pero yo me alegro, por ejemplo, de que el “Flaco” Tobaldo dirija en la B, de que el “Chueco” Robledo y Julio Werro también lo hagan, porque son gente que jerarquiza el campeonato.
—Muchos capítulos de la historia de Agua tienen tu nombre grabado: el partido desempate con Ferro, después con Unión por no descender. ¿Por qué ese karma del club de pelear el descenso hasta el último suspiro?
—Porque Agua perdió jerarquía y perdió gente que era convocante y se fue quedando sin inferiores. En esos hechos que vos nombrás, había mucha gente de las inferiores del club. Me vienen a la mente Víctor Tarabay, el “Toti” Gandín, el “Piru” Gandín y un montón de jugadores que eran de las inferiores y eso se perdió. Es lo que tenemos que tratar de recuperar: el sentido de pertenencia al club.
—Lo más cerca de la gloria en primera fue en el 2003, cuando Unión te jugó en el 15 Abril para sacarles ventajas físicas. ¿Te acordás?
—Sí, sin duda. Nos llevó al 15 de abril y sabíamos que lo iban a hacer, porque todos te quieren sacar ventaja y está bien, porque está dentro del reglamento. Con Agua fue lo más cerca que estuvimos de un título. Igual, fue decoroso porque creo que faltaban dos fechas y llegamos con chances de campeonato. Pero esa estrategia marcó la diferencia a favor de ellos y nos quedamos en la puerta.
—La dirigencia dice que les costó convencerte, pero insistieron porque eras la persona indicada. ¿Fue realmente así?
—Es que el haberme ido de San Cristóbal me provocó mucha angustia y me sacó las ganas de dirigir. Me habían hablado otros clubes de primera y les dije que no. Acá en Agua exigí, porque para mejorar hay que exigir, porque si te adaptás a lo que hay no vas a mejorar. Exigí buena cancha para jugar, un buen lugar de entrenamiento, los elementos, y me cumplieron en todo. Entonces, no tenía más excusas, así que ahora dependerá de nosotros.
—“Pancho”, ésta es la vuelta al ruedo en un club que es parte importante de tu vida, ¿no es así?
—La verdad es que pensé que nunca se iban a dar las condiciones para volver a dirigir a Agua. Pero este año se dieron. Hay una propuesta interesante en la metodología de trabajo y en cuanto a la colaboración. Creo que ya el club estaba en una situación límite y no se podía seguir de esta manera. Había tocado fondo y no sólo yo, sino algunos futbolistas que ya han jugado en Agua de pibes, dijeron que era el momento de venir a dar una mano y aquí estamos.
—¿Por qué significa tanto Agua para vos?
—Porque fue el club donde yo empecé a dirigir, porque tengo una onda particular con las dos o tres personas que están a cargo del club, porque conozco a chicos a quienes tuve de chiquitos y que se formaron en el club. Agua en un momento fue algo importante en cuanto a nivel de jugadores, y hay un cariño que nunca se va a perder.
—Tenés una mochila muy grande encima, porque la última vez que te llamaron lograste el ascenso. ¿Cómo ves este presente?
—La forma en la que encararon las cosas este año, con la colaboración de gente de afuera, es para levantar un poco esto, para que sirva un poco para convocar a gente que vuelva al club, a rearmar las divisiones inferiores porque están muy mal. Pero, si no se da el ascenso, al menos vamos a rearmar un poco todo lo que tiene que ver con el fútbol de la institución.
—Pero sólo hay dos lugares que te dan el premio mayor...
—Es un campeonato duro. Pero yo me alegro, por ejemplo, de que el “Flaco” Tobaldo dirija en la B, de que el “Chueco” Robledo y Julio Werro también lo hagan, porque son gente que jerarquiza el campeonato.
—Muchos capítulos de la historia de Agua tienen tu nombre grabado: el partido desempate con Ferro, después con Unión por no descender. ¿Por qué ese karma del club de pelear el descenso hasta el último suspiro?
—Porque Agua perdió jerarquía y perdió gente que era convocante y se fue quedando sin inferiores. En esos hechos que vos nombrás, había mucha gente de las inferiores del club. Me vienen a la mente Víctor Tarabay, el “Toti” Gandín, el “Piru” Gandín y un montón de jugadores que eran de las inferiores y eso se perdió. Es lo que tenemos que tratar de recuperar: el sentido de pertenencia al club.
—Lo más cerca de la gloria en primera fue en el 2003, cuando Unión te jugó en el 15 Abril para sacarles ventajas físicas. ¿Te acordás?
—Sí, sin duda. Nos llevó al 15 de abril y sabíamos que lo iban a hacer, porque todos te quieren sacar ventaja y está bien, porque está dentro del reglamento. Con Agua fue lo más cerca que estuvimos de un título. Igual, fue decoroso porque creo que faltaban dos fechas y llegamos con chances de campeonato. Pero esa estrategia marcó la diferencia a favor de ellos y nos quedamos en la puerta.
—La dirigencia dice que les costó convencerte, pero insistieron porque eras la persona indicada. ¿Fue realmente así?
—Es que el haberme ido de San Cristóbal me provocó mucha angustia y me sacó las ganas de dirigir. Me habían hablado otros clubes de primera y les dije que no. Acá en Agua exigí, porque para mejorar hay que exigir, porque si te adaptás a lo que hay no vas a mejorar. Exigí buena cancha para jugar, un buen lugar de entrenamiento, los elementos, y me cumplieron en todo. Entonces, no tenía más excusas, así que ahora dependerá de nosotros.
La parte dirigencial
Juan Carlos García, dirigente incansable del club, comenta los importantes cambios institucionales que permiten este proyecto. Además, habla de lo que puede arrojar el futuro de la institución.
—¿Es un arranque diferente éste del 2010?
—Sí, arrancamos con las expectativas de hacer las cosas bien desde el principio y vamos a poner todo con el objetivo de ascender este año.
—¿Por qué antes no se hicieron las cosas bien?
—Se trató siempre de hacerlo, pero no se daban las circunstancias. Participar en la Liga no es fácil, todo le cuesta a los clubes y mucho más al nuestro que no tiene socios, que no hay ingresos. Este año hemos conseguido el apoyo de una empresa que va a hacer un aporte muy importante. Eso nos va a permitir alquilar una cancha, que va a ser la de Banco Provincial. Pero no me quiero olvidar de agradecer a quienes hicieron posible que en los años anteriores juguemos de local en el centro de deportes de barrio Don Bosco.
—¿Es imposible pensar a esta altura en una cancha propia?
—Nosotros tenemos medianamente el apoyo del Sindicato de Luz y Fuerza, pero donde estamos ahora en calle Rivadavia es un terreno que no es nuestro. Hay un acuerdo entre el gobierno y el sindicato, para ser destinado a la construcción de una escuela. Hoy no te puedo decir ni sí ni no en lo que hace a tener una cancha propia. El acuerdo que hay con el gremio es que cuando eso se transfiera, intercedan con el gobierno para ver la posibilidad de conseguir nosotros un terreno. De ahí podríamos ya arrancar como club, pero ya con otro nombre
Juan Carlos García, dirigente incansable del club, comenta los importantes cambios institucionales que permiten este proyecto. Además, habla de lo que puede arrojar el futuro de la institución.
—¿Es un arranque diferente éste del 2010?
—Sí, arrancamos con las expectativas de hacer las cosas bien desde el principio y vamos a poner todo con el objetivo de ascender este año.
—¿Por qué antes no se hicieron las cosas bien?
—Se trató siempre de hacerlo, pero no se daban las circunstancias. Participar en la Liga no es fácil, todo le cuesta a los clubes y mucho más al nuestro que no tiene socios, que no hay ingresos. Este año hemos conseguido el apoyo de una empresa que va a hacer un aporte muy importante. Eso nos va a permitir alquilar una cancha, que va a ser la de Banco Provincial. Pero no me quiero olvidar de agradecer a quienes hicieron posible que en los años anteriores juguemos de local en el centro de deportes de barrio Don Bosco.
—¿Es imposible pensar a esta altura en una cancha propia?
—Nosotros tenemos medianamente el apoyo del Sindicato de Luz y Fuerza, pero donde estamos ahora en calle Rivadavia es un terreno que no es nuestro. Hay un acuerdo entre el gobierno y el sindicato, para ser destinado a la construcción de una escuela. Hoy no te puedo decir ni sí ni no en lo que hace a tener una cancha propia. El acuerdo que hay con el gremio es que cuando eso se transfiera, intercedan con el gobierno para ver la posibilidad de conseguir nosotros un terreno. De ahí podríamos ya arrancar como club, pero ya con otro nombre
Con la llegada de José María Varetto, Agua y Energía comenzó su pretemporada con el objetivo de luchar por el ascenso.
Proyectan un cambio
El dirigente García también respondió a otros interrogantes.
—¿Hablan de una refundación del club?
—Exactamente. Nosotros hoy tenemos el apoyo de Luz y Fuerza, hasta tanto se haga esta transición entre el gobierno y ellos. Ni bien se concrete, ya tenemos que pensar en funcionar como algo independiente y nuevo.
—Eso, ¿cuánto va a demorar?
—No lo sabemos.
—“Pancho”, ¿es la persona indicada para este proyecto?
—Yo pienso que sí, por eso justamente lo hemos llamado. “Pancho” ya no quería dirigir más y en un largo tire y afloje que tuvimos, coincidimos en que la situación no daba para más. Conseguimos convencerlo porque es un técnico del riñón de Agua y Energía. Además, Hugo López y el profe Marcelo Obaid saben lo que es el club. Por eso, gracias a esta empresa que nos va a aportar fondos y con el apoyo de Luz y Fuerza, nos lanzamos a luchar por el ascenso. Otro camino no hay. No tiene sentido otra cosa. Por eso invitamos a todos aquellos jugadores que se interesen en sumarse al proyecto de primera, reserva y de las inferiores también.
—¿En inferiores va a haber mejoras, también?
—Estamos intentando algo. Nuestra idea es conseguir alumnos de la escuela de Técnicos que ya tengan aprobado el primer año y a quienes sumarse al club les sirva como experiencia para cumplimentar su carrera. En este aspecto, Carlos García está organizando el tema de las inferiores. Es decir que, en ese aspecto, también estamos intentando hacer las cosas bien.
—Te hago una pregunta ingrata: si a fin de año no se logra el ascenso, este proyecto, ¿llega a su fin?
—Todos decimos “Éste es el último año”, pero no es así. Las cosas se tienen que seguir haciendo bien y yo creo que, si llegamos a tener un terreno, eso nos daría un espaldarazo muy grande
Diario El Litoral
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