Que viva el fútbol

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domingo, 22 de noviembre de 2009

Nueva derrota de Unión

Exquisita definición de Ricardo Acosta ante la salida desesperada de Cambiasso, luego de una brillante habilitación de Matías Donnet. En la foto del medio, el festejo del ayer delantero tatengue tirándose al césped mojado del Islas Malvinas y la llegada de Márquez junto al resto de sus compañeros para unirse al festejo. Fotos: gentileza Matías Nápoli


La brecha entre el equipo del 15 de Abril con el de visitante se está haciendo grande...
Unión perdió el encanto de aquellos milagrosEl equipo quedó lejos de esos triunfos fuera de casa del comienzo o de los goles agónicos. Ahora le dan vuelta los partidos, aun jugando aceptablemente como ayer.

Enrique Cruz (h)
(Enviado Especial a Buenos Aires)

¡Cómo le cuesta a Unión de visitante! Y eso que el equipo arrancó con dos victorias seguidas —en Jujuy y en Rosario— y con un par de cosechas estimables de empates, como el logrado en los partidos en Mendoza o en Ferro, por ejemplo. Pero hay una disparidad muy grande entre las producciones locales y las foráneas, que inclusive se pueden observar con elocuencia en la cantidad de goles que le marcan afuera y los que recibe adentro. De los 19 goles que le hicieron a Unión en lo que va del campeonato, 17 se lo hicieron fuera de Santa Fe. Es el signo evidente de las carencias que tiene este equipo para hacerse fuerte de visita, así como se le debe reconocer la fortaleza que tiene en su cancha y que le permitió, incluso, lograr victorias que se cotizan muy alto, como las últimas dos ante Rafaela y Olimpo.
De todos modos, Unión no hizo las cosas mal en Floresta; todo lo contrario, cualquiera de los resultados le podría haber quedado relativamente bien al partido. Hasta si los tres puntos se venían para Santa Fe no hubiese estado tan distante de lo que fue la realidad de un partido vigoroso, por momentos bien jugado a pesar de la lluvia y la rapidez del terreno, con propuestas ambiciosas y elogiables de parte de los dos. ¿Qué le faltó a Unión para ganar?, posiblemente un poco más de inteligencia para manejar el partido cuando el resultado estaba 2-1. Algo de esto dijo Matías Donnet después del partido. “Tenemos que ser más serios”, señaló el capitán. Quizás se refiera a la falta de madurez para manejar algunas contingencias. O a la necesidad de no dejarse avasallar por rivales que, evidentemente, muestran sus agallas, su entusiasmo y son buenos “provocadores” futboleros cuando juegan de locales.
Esto es lo que Unión tiene que aprender a manejar para no ser como el resto, para no entrar en la “bolsa” de la mayoría. Los equipos que se tildan de protagonistas tienen algo que los distingue: la confiabilidad. Y Unión no sólo pierde los partidos de visitante, sino que, además, se lo dan vuelta: le pasó contra Quilmes (ganaba 1 a 0 y perdió 2 a 1) y también con All Boys (ganaba 2 a 1 y lo perdió 3-2).

Aciertos y desaciertos
Alí debió armar un equipo con claras incógnitas en cuanto a la respuesta ofensiva. Sin Cólzera ni Guerra, con un Weiner -que no termina de convencer al entrenador y que no aprovecha sus oportunidades para solidificarse en la estructura titular-, aparecieron dos jugadores que no estaban en los planes. El “Cuqui” Márquez estaba fuera de las posibilidades y haciendo fútbol en el equipo de Liga; Ricardo Acosta había sido utilizado por Alí, pero volcado por izquierda y en la mitad de la cancha.
Los goles de Unión llegaron de la mano de Márquez y Acosta, algo que revela el acierto de Alí en elegirlos. Tenía la opción de Weiner, que hasta ayer venía siendo el tercer delantero. Y hasta la posibilidad de jugar con Rosales o con Arrúa. Sin embargo, el Turco prefirió tirarle la responsabilidad a Márquez y darle la chance otra vez a Acosta desde el arranque pero en una posición muy parecida a la que naturalmente siempre ocupó (una especie de mediapunta, jugando en los últimos 30 metros de la cancha). Y le salió muy bien.
Es posible que, con el marcador puesto, el desacierto se haya dado en la forma de afrontar la parte final del encuentro. Unión ganaba el partido y necesitaba tener un poco más la pelota. O bien apostar a embocar un contragolpe certero, aprovechando el adelantamiento masivo del rival. El técnico eligió allí a Arrúa, cuando lo puso a Weiner ya Unión perdía y lo mantuvo a Rosales en el banco de suplentes. Además, lo tuvo que sacar a Matías Donnet, que era una de las figuras del equipo y el jugador más claro a la hora de manejar la pelota. Fueron elecciones y está bien. Es el técnico el que arriesga y son los jugadores elegidos los que deben brindar respuestas. Lo cierto es que Unión no tuvo inteligencia, no supo leer qué era lo conveniente y lo mejor para mantener el resultado o para ampliar las cifras. Por eso y por las virtudes del rival —que las tuvo— el partido se terminó inclinando a favor del local.

La necesaria maduraciónUno no se cansa de repetir en qué marco se armó este plantel. Unión salió al mercado a reforzarse en los puestos en los que se hacía estrictamente necesario, no sólo por las limitaciones económicas sino también por la defensa de un proyecto necesario de fortalecimiento de las inferiores a partir de la generación de oportunidades para los de abajo.
Sin Cólzera ni Guerra —dos titulares indiscutidos— la fortaleza ofensiva decae. Sin Correa, la defensa también se resiente. Falta Coqui Torres, y hay que improvisar con un defensor para que juegue por esa posición. Éstos son los claros síntomas de lo acotado que es el plantel, más allá de que haya muchos chicos esperando sus chances.
Que Unión se mantenga en los primeros lugares, que se haya hecho fuerte como local, que tenga algunas respuestas individuales interesantes, que se haya acertado con la mayoría de los refuerzos que llegaron este año y que se observe un esquema claro de juego más allá de las vicisitudes propias producto de los aciertos y errores que se cometen en los partidos, son síntomas evidentes de que la cosa funciona.
El hincha es pasional y exigente y quiere que Unión ascienda. Eso es lógico, pero carga al equipo de una responsabilidad de protagonismo. ¿Está preparado Unión para eso?, digamos que a medias. Hay juventud en el arco, limitaciones en calidad en algunos puestos, jugadores a los que se hace difícil reemplazar y una irrefutable sensación de que todavía es necesario que el equipo madure y aprenda a sobrellevar algunas situaciones, inclusive las que resultan favorables.
Unión se destacó, en algún pasaje de esta primera rueda, por ser un equipo capaz de definir un partido o llegar al empate en la última jugada o en los últimos minutos. Eso habla bien. Lo convirtió en un equipo tenaz, aguerrido y ganador. Luego, en este último pasaje, Unión perdió parte de ese encanto que lo había convertido en un equipo “milagroso”. Le dieron vuelta dos partidos y San Martín lo apabulló en el marcador final. Sobre eso debe trabajar el Turco y necesita de una respuesta inmediata de los jugadores para que no se repitan estas situaciones. De local está todo bien; de visitante, se está empezando a generar un déficit que preocupa.

¿Se equivocó el árbitro?Los jugadores de Unión descargaron su bronca contra el árbitro Luis Alvarez, sobre todo por el penal cobrado a favor de All Boys. En esa jugada, Derlis Cardozo lo derribó a Sánchez adentro del área y Alvarez, por indicación del línea, marcó la pena máxima. La falta existió y fue adentro del área, razón por la cual no se le puede reprochar demasiado al juez, más allá de que Cardozo le haya dicho a sus compañeros que la infracción no existió.
De todos modos, Alvarez cometió dos errores en el segundo tiempo que fueron perjudiciales para Unión. Uno se produjo en una maniobra en la cual marcó que la pelota se había ido de la cancha cuando, en realidad, un jugador de Unión alcanzó a volcarla hacia adentro del área antes que trasponga los límites. El final de la jugada fue con un gol en contra que, obviamente, Alvarez anuló. El otro error fue no cobrarle un claro penal cometido a Márquez (lo tomaron de la camiseta), luego de un centro de Alexis Fernández.

SÍNTESIS
All Boys 3
Unión 2
Cancha: All Boys.
Árbitro: Luis Alvarez.
All Boys: Nicolás Cambiasso; Vella, Fayart, Ferrari y Soto; Sánchez, Stefanatto, Coudannes y Pérez García; Mariano Campodónico y Torassa. A.S.: De Grazia. Estuvieron en el banco: Panceri, Buján y Pouson. D.T.: José Romero.
Unión: Ojeda; Pérez, Yacob, Vera y Cardozo; Donnet, Calgaro, Saucedo y Maidana; Ricardo Acosta y Márquez. A.S.: Caprio. Estuvieron en el banco: Barisone, Rosales y Pagés. D.T.: Fernando Alí.
Goles: en el primer tiempo, a los 6 min Márquez (U), a los 26 min Pérez García (AB) y a los 45 min Acosta (U). En el segundo tiempo, a los 27 min Campodónico (AB) y a los 41 min Campodónico (AB) de tiro penal.
Cambios: en el segundo tiempo, a los 11 min Alexis Fernández (U) por Donnet y Arrúa (U) por Ricardo Acosta; a los 18 min Zárate (AB) por Coudannes; a los 38 min Rial (AB) por Torassa; a los 42 min Weiner (U) por Maidana y Perea (AB) por Pérez García.
Amonestados: en Unión, Pérez, Calgaro y Márquez.

17
goles de visitante
le marcaron a Unión. Lo llamativo es que el equipo tiene 19 en contra, o sea que en Santa Fe sólo le han convertido dos goles. Además, como visitante acumula cuatro derrotas y tres empates en los últimos siete partidos.


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Diario El Litoral

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