Que viva el fútbol

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martes, 6 de octubre de 2009

Sin invicto



Perdió por primera vez y resignó la punta en un partido totalmente desnaturalizado por la actuación del árbitro y el descontrol tatengue...
A Unión le costó el celeste y algo más
Sabino enloqueció a todo el equipo, expulsó tres jugadores y fue condicionante. Aún así, vendió carísimo el invicto y recién bajó los brazos cuando quedó con 8.

Enrique Cruz (h)
(Enviado Especial a Córdoba)

Alejandro Sabino es un árbitro que dirige mal. Pero dirige mal siempre. A veces equivocándose a favor de Unión (como en el partido ante la CAI) o a veces haciéndolo en contra o, en todo caso, “enloqueciendo” a un plantel como lo hizo con el tatengue. Los jugadores de Unión terminaron “cabreros” de verdad con Sabino. Frases como “me parece que este árbitro vino a tumbarnos”, como dijo Cólzera, se escucharon de parte de varios. No fue el único. Y se entiende que alguna reacción deba haber después de perderse un partido por 3 a 2 y terminarlo con 8 jugadores y media docena de amonestados.
Me parece que Sabino alteró a Unión, lo enloqueció, lo indispuso. Y el línea Bustos también, quien además cometió algunos errores de ésos que “sacan” a cualquiera. Pero hay algo que debo decir respecto de las expulsiones. No puedo hablar mucho de la de Cardozo (es una supuesta agresión verbal y si le dijo “boludo” y nada más, no debe ser ni la primera ni la última vez que esa palabra se le dice a un árbitro sin que pase nada; de todos modos, es palabra contra palabra y habrá que ver de qué forma lo interpretó el línea o si directamente lo ofendió). Pero respecto de la de Yacob y la de Pedro Suárez, no hay que reprocharle demasiado a Sabino. Yacob estaba fuera de sí —ahí sí puede tener culpas el árbitro—, jugaba con nervios e impotencia y, descontrolado, abrió los brazos para frenar a un rival —casi codazo— y se fue con roja directa. Pedro Suárez estaba amonestado y frenó tomando del brazo a Pereyra en un contragolpe: nueva amarilla y afuera. En estas acciones puntuales, Sabino no se equivocó. Posiblemente hayan sido, todas, la consecuencia de ese estado de exacerbación que tenían los jugadores de Unión. Agravado por lo ocurrido después del partido y que se comenta aparte. Como para pensar que este Sabino que en ocho fechas dirigió tres veces a Unión y que uno se pregunta cómo puede ser internacional y, siendo internacional, dirigir en la B Nacional y hacerlo mal, debería estar un tiempo bastante largo sin volver a pisar una cancha donde juegue Unión, ¿no?
La costumbre de dejar todo
La actitud de Unión está plenamente a salvo. Créame que se hace difícil comentar un partido anormal, porque terminar con tres jugadores menos no es algo común. Y generalmente, los equipos a los que se les expulsan tres jugadores (uno en el primer tiempo y otro en la mitad del segundo), acaban siendo goleados. Éste no fue el caso. Y recién se le cerró la persiana de la esperanza a Unión cuando en el minuto 90, exactamente, llegó la expulsión del tercero, de Pedro Suárez. Ahí sí, 8 contra 11 perdiendo 3-2 era imposible. Pero hasta ese momento, el Unión de los milagros y de la “suerte” (a la que muy bien ayuda el equipo entregando todo hasta el último momento), permitía esperar el milagro del empate, que hoy se habría puesto a la altura de lo heroico.
Así le tuvieron que sacar el invicto a Unión, desnaturalizándolo, echándole jugadores y poniéndolo en una situación de “no contest” obligado. Pero eso recién se pudo ver en los cinco minutos que adicionó Sabino. Nunca antes, porque el Unión herido que recibió dos cachetazos en 6 minutos para ponerse 1-3 abajo, salió con todo a buscar el descuento y lo consiguió un par de minutos después con un golazo de tiro libre de Saucedo, uno más, que puso en vilo a medio Córdoba.
Es notable la actitud que tiene este equipo, lo que transmite, lo que deja como argumento de entrega, de corazón, de garra. Es cierto que le falta fútbol, que ayer no jugó bien, que se equivocó y tuvo imprecisiones notorias, pero parece que a Unión lo tenían que “matar”, lo tenían que agarrar entre cuatro o cinco para darle la primera paliza y, sin embargo, Unión metió un par de golpes que causaron miedo en un rival que tenía todo para golearlo y no pudo, con un árbitro que se encargó de marcar pautas rigurosísimas de conducta que, está a la vista, enloquecieron a todo un equipo.

Pero también hubo errores
La pregunta del millón es la siguiente: ¿tuvo que ver Sabino en la derrota? Y de hecho que tuvo su implicancia desde el mismo momento de mirar las expulsiones. Pero lo peor de Sabino es que indispuso a Unión, lo sacó del partido, lo enloqueció. Uno no sabe si los jugadores entraron a la cancha pensando en que el árbitro iba a ser un escollo más y por eso la actitud casi enceguecida de algunos (como Yacob, por ejemplo), pero lo cierto es que Sabino terminó incidiendo en lo temperamental de un equipo, que cuenta bastante a la hora del análisis.
Ocurre que Unión cometió errores. Fue un equipo que se complicó mucho en el arranque y se dejó “prepotear” el partido, futbolísticamente hablando, por Belgrano, que lo “primereó”. Después lo emparejó, pero con poco fútbol. Otra vez el equipo se olvidó de atacar por derecha e “ignoró” a Ricardo Acosta, que no se metió nunca en el partido. Los únicos que manejaron con cierta consistencia la pelota fueron Saucedo y el Coqui, en el medio, más algún aporte leve de Alexis Fernández y lo que podía hacer Cólzera rotando por todo el frente de ataque. Alcanzó para emparejarlo pero no tuvo situaciones tan claras, en eso fue un poco más Belgrano.
Con 11 contra 10, estaba para empatarlo. Con 11 contra 9 llegó el gol de Correa que marcó un empate que no sólo le daba un rótulo milagroso a la tarde, sino que ponía en evidencia que Unión tenía más fuego que Belgrano para conseguir el negocio. Sin embargo, dos jugadores de más se notan y Belgrano tuvo una pequeña reacción que le permitió ganar el partido. Y termina siendo justo más allá de las precariedades que uno tiene para analizar algo que se desnaturaliza de manera semejante.
Unión es un equipo que tiene un concepto para jugar y una imagen que va a transmitir a pesar de las viscisitudes que pueda tener un partido. Juega más por izquierda que por derecha, si le tapan a los volantes laterales se le complica, necesita que mejore Guerra y es verdaderamente peligroso en las jugadas de pelota quieta a favor (los dos goles de ayer llegaron por esa vía). Son síntomas que se observan en un equipo muy serio, el del Turco, al que ayer un árbitro sin nivel lo enloqueció y recién lo pudieron acostar cuando lo dejaron con tres menos. Para colmo, tres integrantes de una línea de cuatro defensiva que el Turco tendrá que armar de nuevo para el viernes.


SÍNTESIS
Belgrano 3
Unión 2
Cancha: Belgrano.
Árbitro: Alejandro Sabino.
Recaudación: 145.300 pesos.
Belgrano: Olave; Lollo, Turus y Barrios; Mansanelli, Mahecha, Farré y Maldonado; Móvil; Cuevas y Pereyra. A.S.: Rigamonti. Estuvieron en el banco: Ramos, Alvarado y Maidana. DT: Daniel Primo.
Unión: Ojeda; Yacob, Suárez, Correa y Cardozo; Ricardo Acosta, Saucedo, Alexis Fernández y Jorge Torres; Cólzera y Guerra. A.S.: Caprio. Estuvieron en el banco: Pagés, Rodrigo Acosta y Weiner. DT: Fernando Alí.
Goles: en el primer tiempo, a los 9 min, Lollo (B). En el segundo período, a los 26 min, Correa (U); a los 32 min, Aldecoa (B); a los 38 min, Farré (B), y a los 40 min, Saucedo (U).
Cambios: en el segundo tiempo, al comenzar, Aldecoa (B) por Mansanelli y Arrúa (U) por Ricardo Acosta; a los 21 min, Chavarría (B) por Cuevas; a los 26 min, Vera (U) por Cólzera; a los 29 min, Vázquez (B) por Barrios; a los 32 min, Márquez (U) por Guerra.
Incidencias: en el primer tiempo, a los 42 min, expulsado Yacob (U) por roja directa al aplicarle un golpe en el rostro a un rival. En el segundo tiempo, a los 21 min, expulsado Cardozo (U), roja directa por supuesta agresión verbal al línea Bustos; a los 45 min, expulsado Suárez (U) por doble amarilla.
Amonestados en Unión: Yacob, Suárez, Arrúa, Saucedo, Alexis Fernández y Guerra.

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Diario El litoral

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