Que viva el fútbol

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domingo, 14 de septiembre de 2008

Guerra la mete y Unión gana


Guerra mostró que está intratable
Unión jugó para ganar y no para gustar
El “9” hizo dos goles y sigue sorprendiendo y diciendo a los cuatro vientos que no es un goleador. El equipo mostró sólo en un pasaje la gran diferencia de jerarquía que tiene con Platense.

Por Enrique Cruz (h) - (Enviado Especial a Buenos Aires)


Muchos tatengues se estarán frotando las manos con Guerra. Algunos pensarán que se trata de un tremendo descubrimiento; otros, que como le pasa a cualquier delantero, está aprovechando “el momento” y en gran forma: mete goles y suma puntos. A todo esto, el mismo jugador, el técnico y los dirigentes se empeñan en advertir que no fueron a la caza de un goleador cuando se fijaron en Guerra. Y abren el paraguas, no sea cosa que el destino lo sorprenda en una época de sequía.Por ahora, Guerra se ha transformado en un jugador clave e implacable para Unión. Tanto, que ha hecho olvidar los goles que Zárate se llevó a Brasil, dejando, eso sí, 1.000.000 de dólares en la tesorería del club. Y con esos goles de Guerra, Unión empieza a marcar diferencias y a acercarse a ese objetivo de equipo protagonista que se propuso desde el arranque y para el que, inevitablemente, es necesario sacar resultados.Ayer, Unión hizo más por el resultado que por el juego. Presentó credenciales de jerarquía en los primeros 25 ó 30 minutos del partido, suficientes para marcar claras distancias de nivel futbolístico individual y colectivo entre los dos equipos. Y luego, dejó que Platense, aún con sus limitaciones y precariedades a cuestas, se viniese sobre el arco otra vez bien defendido por Ojeda.¿Qué le pasó a Unión? La cuestión pasa —y otra vez vale decirlo— por el mediocampo de Unión. Justo allí en donde el equipo tiene jugadores capaces, aunque en algunos casos no pasan por un buen momento. Uno es Zapata, lejos del muy buen nivel que tuvo en el torneo anterior. El otro es Rosales, quien parece no sostener una respuesta física adecuada para acompañar a su técnica. Entonces, Unión empieza a sufrir el trámite de los partidos a partir del declive —que se hace lógico en algunos momentos— de Fernando De la Fuente, quien por momentos se convierte en el único que aporta equilibrio.Unión tiene un mediocampo que transforma en ofensivo al equipo: Rosales es un jugador de ataque, el Coqui Torres también y Zapata va en casi todas. La pregunta es: si se pierde la pelota con los tres instalados en el campo de enfrente, ¿cómo se la recupera?; si no hay un acompañamiento claro y eficaz de los dos volantes laterales, ¿quién lo ayuda a De la Fuente? No es una situación preocupante y lejos está de serlo; en definitiva, Unión encontró un jugador (De la Fuente) que suple la falta de marca que antes se advertía por el sector central y que obligaba a jugar con dos 5 y sin enganche. Parado así, como está hoy, el equipo aporta variantes ofensivas interesantes. Pero tiene lagunas y se descompensa, perdiendo el equilibrio. Ya le pasó ante Los Andes, después de un partidazo en el primer tiempo. Y también ocurrió ayer, cuando el precario Platense se animó a plantearle un partido cuánto menos parejo en buena parte de los 90 minutos.


Alcanzó con poco

Quiero hacer una necesaria aclaración ante todo: Unión ganó bien y no jugó mal. Esto sirve para desalentar cualquier tipo de sospecha sobre la justicia del resultado y sobre la crítica hacia el rendimiento del equipo. De todos modos, se espera que en un choque desigual, con diferencias muy claras de potencial entre uno y otro equipo, el que es más logre sacar distancias más amplias sobre el que es menos. Y Unión no lo consiguió sobre Platense, salvo en un pasaje de algo menos de media hora en el arranque del partido. Ahí, con un Coqui Torres inspiradísimo, un Rosales activo, Guerra intratable frente al arco rival, más el empuje de De la Fuente, Unión fue mucho más que Platense y marcó esas diferencias de jerarquía de las que hablábamos que existen entre uno y otro equipo.Después, cuando ya no desequilibró el Coqui por su costado, cuando aparecieron las lagunas de Rosales y Platense apretó las marcas sobre los delanteros, Unión empezó a depender de la defensa. Ahí aparecieron dos figuras: una es la de Walter Yacob, el mejor del fondo; la otra, la del pibe Ojeda, vital en dos o tres atajadas clave a lo largo del partido. Y con muy poco, Platense le dividió el trámite del partido y lo complicó por el sector de Zapata y “Tarrito” Pérez, que comenzaron a tener problemas con Badell, un zurdito de buen manejo que aprovechó las espaldas de Zapata y varias pelotas que se perdieron en la salida del tándem rojiblanco por derecha.


La necesidad de poner otro “5”

El 4-3-1-2 es un libreto que está fijo y aprehendido. Si bien Quiroz arrancó con otra idea (jugó con un 3-4-1-2 en el comienzo de la temporada), los buenos resultados y la invalorable ayuda de Guerra, con sus goles, hicieron que el esquema quedara firme. Y no sólo eso, sino que, además, el técnico justificó con sus permanencias en la titularidad a las buenas actuaciones de “Tarrito” Pérez y Yacob en lugar de Fontana y de Vera, que ayer volvieron pero para formar parte del banco de suplentes.Quiroz encontró el equipo y también se respaldó en los resultados y ciertos momentos de buen funcionamiento. Los 90 minutos con Los Andes y el gran primer tiempo con Los Andes, afirmaron rotundamente la idea del entrenador.Hay un detalle significativo, que puede entenderse como algo normal para un equipo que va ganando pero que en este caso tiene una especial relevancia. Quiroz necesitó en todos los partidos la inclusión de un volante de marca para darle una mano a De la Fuente. Lo que parece, a priori, un cambio normal —parar un 4-4-2 cuando se va ganando—, en Unión se transformó en una necesidad. Y eso es por los desniveles de protagonismo que tiene el mediocampo.Los Andes se aprovechó del regalo de terreno y pelota que Unión le hizo en el segundo tiempo, después de haberlo apabullado con fútbol y goles en el primero. Y Platense, ayer, se le animó con muy poco cuando el equipo fue regalando protagonismo, amplió los espacios entre los de arriba y los del medio, y entonces se perdió una necesaria cuota de equilibrio que se debe tener para impedir que el rival juegue en las inmediaciones del área, como pasó en algunos pasajes del segundo tiempo de ayer.Convengamos que la victoria de Unión jamás corrió peligro, por más que con el 1-2 consumado hubo un saque lateral con la pelota metida adentro del área que terminó con la desesperación defensiva por sacarla. Pero también aceptemos que la entrada de Alexis Fernández como rueda de auxilio de De la Fuente se hace estrictamente necesaria, no como argumento de defensa de un resultado (por aquello de que un 4-4-2 es una buena forma de asegurarlo) sino por la falta de equilibrio del buen mediocampo que tiene Unión.Es una cuestión a corregir y que seguramente se hará en la medida en que algunas individualidades (Rosales y Zapata) encuentren su nivel. Mientras tanto, es bueno que se aproveche al máximo el momento de lucidez de los del medio para definir partidos o por lo menos para ponerse en ventaja. Y que Guerra siga tan intratable como hasta ahora, porque es una carta fundamental y salvadora.

Síntesis:
Platense: Matías Vega; Daniel Fuente (75, Nahuel Ojeda), Patricio Aiello, Osvaldo Centurión, Walter Zunino; Néstor Villalva, Nicolás Torres, Santiago Frean (63, Fernando Rigoni); Maximiliano Badell; Juan Pablo Rial (45, Diego Gamarra) y Damián Casalinuovo. DT Javier Baena.
Suplentes: Alejandro Sánchez, Diego Jorajuría, Gonzalo Torres y Matías Giacopuzzi.

Unión: Luis Ojeda; Alejandro Pérez, Lucas Alesandria, Walter Yacob y Raúl Gorostegui; Martín Zapata, Fernando De La Fuente y Jorge Torres (81, Fernando Fontana); Paulo Rosales (76, Alexis Fernández); César Pereyra y Claudio Guerra (89, Fernando Marquez). DT: Fernando Quiroz.
Suplentes: Luis Aseff, Renzo Vera, Matías Arrúa y Germán Weiner.
Goles: (19 y 87) Guerra (U); (92) Gamarra (P)
Amonestados: Aiello, Zunino, Villalva y Gamarra (P) Pereyra y Alessandria (U)
Expulsados: no hubo
Incidencias: no hubo
Figura: Claudio Guerra (Unión)
Arbitro: Pablo Díaz
Asistentes: Carlos Kranss y Hugo Iriarte
Estadio: Ciudad de Vicente López




Fuente: diario El Litoral y Mundo Ascenso on line

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